Durante mi infancia en Puebla de San Medel sus habitantes se dedicaban en general a la agricultura y la ganadería, sus alimentos los obtenían de sus cultivos y de su propio ganado.
Una vez al año se realizaba la matanza de cerdos, que solía producirse entre Navidad y Reyes; Eran tres días muy divertidos, nos reuníamos las familias para ayudarnos unos a otros, comer todos juntos y jugar a las cartas.
El primer día se mataba el cerdo, el segundo se picaba la carne y se adobaba; Éste dia se comía el famoso " morago" ( una cata de carne con un guiso y aliño de chuparse los dedos ) el tercer y último día se hacían los chorizos y se colgaban para su oreo; Este día se cataban las chichas (carne picada para los chorizos ) y era delicioso poder degustarlas. Con esta matanza y nuestras hortalizas nos alimentábamos la mayor parte del año.
Posteriormente llegó la despoblación, mucha gente emigró a las ciudades buscando nuevos horizontes, el pueblo perdió su lozanía y sus tierras antes cultivadas y verdes quedaron abandonadas, convirtiéndose la mayoría de ellas en eriales.
A día de hoy unos poquitos conservan y cultivan sus huertos, entre ellos están: Pepe al que ayudamos con mucho gusto Pedro y yo misma, Bernardino, Bienvenido, León, Elías e Isabel, Reyes, Juli, Benjamín, Satur, Eufemia, Ángel y Nieves, Tomás y Sole y Engracia y Roberto.
Comerse un tomate, una pieza de fruta, o cualquier otra hortaliza de estos cultivos es: " UN LUJO PARA EL PALADAR " algo que solo hoy en día valoramos.