Este pilar situado en una céntrica calle del pueblo, es cuanto menos curioso; mana gota a gota y nunca aumenta ni disminuye su caudal.
Ni si llueve mucho, ni si la sequía es extrema él sigue ahí impertérrito viendo pasar los días y llenando cada día su pilón.
Tiene además una inscripción ya casi borrada por el paso del tiempo en la que se puede leer: " El que esto lea, capón se vea "
En el pueblo es toda una institución.